Personalmente creo que lo mejor de
este juego era los personajes que
se generaban. Huían del
cliché y se
convertían en memorables.
Todos. En mi caso dise?é
pero no jugué con una
Assamita al servicio del Islam
contra los c
El sistema, dado de diez contra Carreradificultad fija y acumulación de éxitos, fue refinado. Los desajustes revisados y muchas situaciones, como el combate puestas a punto. Pero sobre todo los
poderes.Ahora si que estaban compensados y te permitían ser un se?or de la noche. En el juego básico, molaba mucho dominar personas, pero al final un tío con un misil era un tío con un misil. Ahora no. Ahora las gafas sol tinieblas tenían due?o. El acceso a clanes desconocidos para muchos: principalmente los del Sabbat como los Lasombra y los increíbles Tzimisze, colmó de satisfacción a todos.
El juego como tal tenía gafas de solsólo un problema. Durante el desarrollo de aventuras convecionales se escoraba hacia el lado de "viajo, me encuentro con gente rara en la noche e iglesias
abandonadas". Las aventuras de día a día no triunfaban. Eran un poco repetitivas. Pero, y esto es lo grande, la contrapartida de llevar una campa?a de siglos de duración, era increíble.
Vampiro: Edad Oscura, estaba destinado a ser el juego de poder definitivo. Vampiros que dominan ciudades, partidas que duran décadas, progresión amplia y cambios en la personalidad. Podías dar matices a los personajes y luego
cambiarlos, te quitabas la carga del día a día y en general era divertidisimo jugar. Por el camino se quedaban algunas escenas divertidas y todo iba a la épica y a la tremenda. Pero la posibilidad de crecer exponencialmente y
dominar el juego, o creer que lo dominas, y el trasfondo era mucha. Era un juego para constructores de imperios.
Por no hablar de la preciosa edición con unos dibujos impresionantes.
Tras el éxito y locura generada por Vampiro: La Mascarada. Los chicos de White Wolf decidieron explotar, más bien sobreexplotar, la franquicia. Entre las monta?as de basura que generaron tuvieron grandes éxitos. Principalmente
Vampiro: Edad Oscura. Un juego con una categoría propia y que se convertiría en uno de los mejores de la historia. Además un libro que todo el mundo quería tener para molar.
Vampiro: Edad Oscura, se basa en Vampiro: La Mascarada. Pero con dos cambios fundamentales. Ambientación y ajustes de sistema. Para empezar, como su nombre indica, está ambientado en la Edad Oscura. O más correctamente, ya que
la Edad Oscura fue anterior, en el periodo entre la Alta y Baja Edad Media. Al igual que la saga, interpretabas un vampiro en un mundo en el que existían seres sobrenaturales.
Este sencillo giro a la ambientación fue un éxito rotundo. Se desembarazó, de un solo plumazo, de las cadenas que se había impuesto el argumentario del otro juego. Había los mismos clanes y los vampiros eran
básicamente los mismos, pero todo en un ambiente de libertad completa. Nada de Camarillas y Sabbatas. Los vampiros en esencia pura. Incluso los más talifanes se alegraron porque les permitía jugar "la historia
oficial" a su manera. Un éxito arrollador.